Entre las grandes tendencias que impulsan actualmente el desarrollo del sector financiero, la transformación digital, de la mano de la acelerada adopción tecnológica de las empresas y las personas, es sin duda trascendente para el presente y el futuro de la industria en Chile y en Latinoamérica. La tecnología ha permeado todas las esferas y deriva como consecuencia natural en la propia evolución de los consumidores, donde las nuevas generaciones exigen innovación en los servicios, agilidad de respuesta y seguridad de su información.
Los servicios financieros digitales se han puesto al servicio este último tiempo de la economía local y regional permitiendo a las empresas innovar y atender las necesidades de sus clientes, tanto en el B2B como en el B2C. Esta innovación y crecimiento en la industria financiera va alineado también con el de los negocios digitales, ya que acompaña el crecimiento del eCommerce en Chile, que según cifras de la CCS durante los meses de marzo y abril de 2022 se ha retomado el peak de uso del comercio electrónico que había en plena pandemia, alcanzando a un 76% de del total de usuarios de Internet.
Toda industria se vio obligada a repensar su estrategia comercial y ésta fue, por un lado, acompañada por la alta disponibilidad de oferta de instrumentos digitales accesibles a todo tipo de organizaciones y por otro, impulsada por los nuevos hábitos de consumo que adquirieron los chilenos los últimos dos años.
Quienes hacen parte del ecosistema digital deben lograr la capacidad de atender de forma eficiente esta demanda a través de la implementación de nuevas tecnologías, tanto en el ámbito presencial como en el online. En este ecosistema, la transformación digital viene aparejada a la necesidad de mejorar la eficiencia y la rentabilidad de las organizaciones que persiguen como resultado un impacto positivo en el consumidor, quien hoy más que nunca hay que mantener en el centro, con foco en la experiencia - customer centric & customer experience -
La transformación digital no es únicamente la incorporación de tecnologías a procesos, sino también pensar en cómo mejorar la productividad, competitividad y oferta de valor de las empresas a través de la incorporación de las mismas, teniendo como objetivo final mejorar la calidad de vida de las personas. Por eso, desde Lyra acompañamos ese crecimiento, replicando una estructura de costos con la misma transparencia que trabajamos en Europa, con esquema de pricing fijo y sumamente accesible, sin hacer intermediación financiera, con el objetivo de impulsar el desarrollo del ecosistema en su totalidad: el de las empresas y el impacto en el bolsillo de los chilenos que eligen pagos digitales.
Es que sin duda los servicios financieros cumplen un rol esencial en el escenario dinámico que hoy estamos viviendo. Es por eso que los invito a través de esta columna a reflexionar sobre qué más podemos hacer para llevar adelante un trabajo mancomunado entre el sector público y privado, para seguir innovando para generar valor, impactar de forma positiva y satisfacer las necesidades de un cliente que hoy es digital. El gran reto para quienes trabajamos en la industria en Chile y Latinoamérica es convertir en un commodity el proceso de pago y contribuir a la democratización de los pagos digitales, dando lugar así y a una mayor inclusión financiera.
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